sábado, 21 de septiembre de 2013

Noches de luz, oscuridad y sangre. Capítulo 5: el ángel de las parafilias.



Sus ojos brillosos, sus labios paspados, los dos cachetitos colorados como pompones. No me pude resistir ante la oportunidad y me acerque a ella esperando que nadie interrumpiera nuestro encuentro.
Raciel- si te diera una oportunidad ¿aprovecharías la oferta?
Adela- si¡, llévame contigo y are tanto como me pidas hacer.
La envolví con mi abrigo y la lleve a mi casa, su cuerpo se mantenía cálido a pesar de que la encontré en una fuerte nevada. Unos trapos sencillos cubrían sus vergüenzas y una sonrisa imborrable permaneció en su rostro hasta que llegamos a destino.
Adela- ¿Por qué llevas el nombre de un traidor? Alguien de tan buen corazón que recoge a una desdichada como yo y le ofrece tales lujos para sobrevivir en este mundo.
No respondí, pues fue tal el asombro que me dio el hecho de que una vagabunda como ella, hablase tan bien. Pero pensé y pensé mucho al respecto, llegando a la conclusión que mis padres jamás mencionaron motivo alguno por el cual se me nombro con el nombre de raziel “el ángel traidor”.
Adela- es bella esta noche y tan cálida como el día.- dijo la niña sin remover su sonrisa deslumbrante.
Primero la bañe con agua tibia y sales minerales en una tina grande. Desenrede su pelo enmarañado y la vestí con mis ropas hasta poder conseguir algo más de su taya al día siguiente. Me tomo de la mano y fuimos juntos a la cocina donde cenamos una comida caliente que para ella fue un deleite, un manjar y para mí, algo que ya me había hartado de comer hace tiempo. En la sala de estar nos sentamos junto al fuego de la chimenea y esperamos que el sueño nos diera en golpe. Así luego de unos minutos me dormí sin tener en cuenta a la pequeña. Adela era su nombre, no tenía apellido, familia. No sabía su edad. Era una mente infantil y crédula que solo estaba dispuesta al cariño de un ser ajeno y mi mente bromeaba conmigo, pues no más de 16 años pensé que podría tener la desdichada y traviesa niña.
¿Cómo sería darse el gusto del pecado y probar la fruta aun sin madurar de esta niña? Los pecados que me envolvían y me atormentaron en aquella noche fueron la señal de que algo malo ocurriría, pero que no me arrepentiría por algún motivo. Que dios se apiade de mi alma entonces. A la mañana siguiente conseguí unos vestidos que le servirían. Su largo pelo oscuro y sus ojos claros y azules hacían que mi vista se perdiera. Su piel pálida y sus mejillas ruborizadas hacían juego con su vestimenta color celeste cielo. Su agradecimiento se mostró con un fuerte abrazo luego de probarse la primera prenda.
Adela- el amo me a regalado tan bello obsequio que no séqué darle a cambio.
Raziel- ¿amo?- respondí pensativo.
Habían llamado a la puerta y fui a responder el llamado dando en mi cabeza algunas vueltas por la reacción que se presentó hace minutos atrás. Ella me dijo “amo”. Luego de dar concluido la visita que me obligo a demorar más tiempo que lo debido, tome unos apuntes y me fui a recorrer la ciudad en busca de algún orfanato o de alguna iglesia que se ocupara de ella. Sin nada de suerte volví antes de la noche ser y me encontré con una sorpresa tan peculiar que me vi obligado a reaccionar de mal forma, por las acciones de mi nueva huésped. Cuando  subí a mi habitación me sentí  sorprendido y también invadido pues vi a la pequeña sujetando un cuadro que pinte hace ya varios años y una ira surgió de mi hasta desbordar.
Adela- eres un pintor de grandes impresiones. Un talento que sobresale y una esencia que demuestra pasión y lujuria en tus lienzos.
Estaba a punto de abofetearla cuando algo me lo impidió. No lo creí correcto en ninguna forma pero sostuve mi mano levantada unos segundos para después llevármela a la boca y morder mi dedo índice con rabia.
Adela- ¿acaso es que tan bellas obras de arte solo le pertenecen a una persona? ¿Eh echo mal en venir con mi curiosidad a esta habitación?
Dejo el cuadro a un lado y se acercó a mi muy despacio, tomo mi mano y la dejo descansar en su carita. Un calor confortante llego a mi cuerpo acompañado de una sensación indescriptible que no pude explicar en mis adentros.
Adela- me eh dado cuenta de que eh echo algo mal. De que eh visto lo que solo tus ojos pueden mirar y aunque no lo sientas, una ira se ha acumulado en ti y merezco ser castigada por eso, ¿lo harás? ¿Recibiré mi castigo por tal imprudencia, amo mío? Levante mi mano nuevamente y esta vez sin pensarlo dos veces lo deje caer sobre su rostro, ese bello rostro ruborizado. Abofetee su mejilla con tanta fuerza que la azote bruscamente en el piso sin comprender lo que había hecho. Di media vuelta y Salí de la habitación, baje rápidamente por las escaleras y fui a la cocina a tomar un poco de agua. Detrás de mí, siguiendo de cerca mis pasos. Su figura me observaba como una bella en agonía. Unas manchas de sangre en su boca, su cachete izquierdo colorado por el golpe y unas lágrimas que escaparon de sus cristalinos ojos me demostraron la basura en la que me había convertido. Me acerque a ella pidiendo perdón de mi horrible acto, me arrodille y limpie sus lágrimas con mi pañuelo.
Adela- el amo no tiene porque disculparse. Ya que este bien o este mal, sus actos no se cuestionan en absoluto.- me dijo sollozando.
Raziel- pues yo no soy tu amo, ni tu señor.- sintiendo otra vez ese ardor en mi pecho que enloquecía mi cabeza. Mientras me encontraba pensativo ella se acercó lentamente y beso mis labios.
Aquella noche había besado a una niña. Me la quite de en sima y caí sentado  cerca de cocina. Sus ojos rojos que me penetraron con la mirada más fría que había visto y una fuerte briza que congelo mis movimientos inundo el hogar. Entonces me di cuenta que ante mi había una niña, ni siquiera era humana y no tuve otra forma de nombrarla más que lo primero que se cruzó por mi cabeza.
Raziel- “demonio”… eso es lo que sos, un demonio que viene a atormentarme y a obligarme a pecar, a perder mi razón y envolverme en una mentira. A tomar mi alma y mi cuerpo.- grite con fuerza señalándola con mi mano.
Adela- no, te equivocas. No quiero tu cuerpo, no quiero tu alma. Por quéserástu mi amo, quien deje caer el castigo en mi espalda, quien castigue mis pecados y quien tome mi cuerpo. Porque mi alma ya la perdí hace cien años.
¿Qué hacer entonces con ella? Teniendo ante mí la presencia divina y majestuosa pero a la vez tan impura y sucia. Mostro ante mis ojos un par de alas enormes y blanca que colgaban de su espalda y no producían movimiento alguno. Sus ojos que volvían a ser los de antes y una harmonía que calmo el ambiente tan rápido como si nunca hubiera pasado nada. Me suplico arrodillada, queriendo volver a vivir lo que según ella menciono, el amor que su antiguo amo le proporciono de cierta forma. Si bien nunca entendí porque cayó del cielo, no se arrepentía de los pecados lujuriosos que en su momento tuvo oportunidad de realizar. Era en si un ángel que desafiaba su fe y se perdía en la oscuridad, la tentación y el placer.
Adela- más fuerte amo, más fuerte por favor. No merezco gozar del placer de sus azotes. Agalómás fuerte para que el dolor sea lo único que mi cuerpo sienta.- dijo Adela mientras azotaba su espalda con mi cinturón.
Fue curioso y no lo entendí, ella me lo pidió y yo por simple acto de ignorancia obedecí. Me rogo que lo hiciera y la sometí porque de alguna manera, mi cuerpo también sentía ese deseo. No me arrepentí e incluso lo disfrute y fue tanto el gusto que no medí mis impulsos ni mis fuerzas. Mirando su pequeño cuerpo amarrado a los extremos de mi cama. La espalda ensangrentada y llena de moretones. No tenía ropa ya que se había desvestido para no manchar el vestido que le regale. Los suspiros y jadeos que emitía me enloquecían y mis golpes no paraban de acumularse junto con una desesperada mescla de ira y placer. La desate y deje sola, baje y fui a sentarme en mi viejo sillón junto a la chimenea pensando como hace unos pocos minutos me encontraba sometiendo a un ángel con el cuerpo de una niña. Esa madrugada me desperté sobresaltado. Vi la hora en mi reloj de bolsillo y viendo lo tarde que era me retire a la habitación procurando que el fuego estuviera apagado. Cuando subí una inesperada sorpresa me volvería a encontrar durmiendo  en mi cama y acobijada en las mantas. Ella que aún seguía sin vestirse me miro con sus ojos hermosos y medio despiertos como si estuviera deseando que me acostara a su lado.
Raziel- veo que no solo te has recuperado, sino que se te ha dado por seguir hurgando en mi habitación.- dije después de darme cuenta que ninguna de mis pinturas estaba cubierta.
Adela- las eh visto todas, amo. Cada una de ellas. Tú sabes lo que significa, tendrás que castigarme. Me castigaras toda la noche. Obtendrás mi cuerpo, mi esencia y me poseerás por completo.
Las heridas de su espalda ya no estaban, todas y cada una de ellas habían sanado por completo. Su metabolismo de regeneración era tan sorprendente que dudo siquiera existiese en el futuro una civilización capaz de superarla o siquiera llegarle a los tobillos a tal evolucionada criatura. Tenía en claro un ideal y sin culpa alguna me atreví nuevamente a ser cumplir un deseo prohibido, porque ahora sabía que hiciese lo que hiciese, nada lograría lastimarla. Bese sus labios con pasión, introduje mi lengua y la sumergí bruscamente en su boca con movimientos circulares que nos proporcionaban una sensación rica y cosquillada. Apreté y mordí suavemente sus pezones pequeños y sin desarrollar hasta dejarlos colorados y calientes. Mientras ella lamia mi pene con delicadeza, introduje mis dedos en su vagina lamiendo la sangre que salía de ella al desgarrar su inocencia. No pude resistir más y la acosté en medio de la cama, la penetre tantas veces que enloquecí. Ya no me importaba si era o no un pecador o si ella era un ángel o una simple niña. Sus gritos de dolor me excitaban, verla llorar y tratar de quitar mi pesado cuerpo del suyo me daba más placer que nunca.
Adela- más fuerte amo, porque Adela es una niña mala, porque lo merezco. Que mi inocencia sea manchada y que las manchas de sangre cubran toda la cama. Más fuerte por favor, más fuerte.
La volteé y sostuve con una mano en la cabeza mientras me acomodaba para penetrarla analmente. Esta vez era más la sangre que salía de su lastimado cuerpo, pero eso no impidió que acabara dentro de su ser una enorme cantidad de semen. Esa noche viole salvajemente a una niña. Luego de estar toda la noche y la madrugada envueltos en sudor y lujuria, desayunamos y salimos a pasear ni bien la mañana mostraba su esplendor por la ventana de mi habitación. Sería más fácil para mi antes de que en el pueblo se corriera el rumor de que ocultaba a esta joven. Una niña que ante la fuerte tormenta se me dio por socorrerla y ahora se encontraba a cargo de mi persona.
Adela- matar a un animal es tan fácil, no hay emociones que te lo impidan, ni sentimientos de culpa por el dichoso que te proporciona alimento y vestimenta ¿pero alguna vez has matado a una persona?- dijo Adela cuando me noto concentrado en la vitrina de una casa de armas.
Sin pensarlo demasiado supe a qué venia esa conversación y teniendo en cuenta la eterna vida de mi acompañante respondí.
Raziel- siempre eh querido experimentar la sensación de estrangular a alguien con mis manos.- Adela soltó una carcajada.
Adela- es tan interesante y tan emotivo que el amo y acompañante de mi destino tuvo el orgullo de encontrar una idea tan cruel y despiadada para castigar de tal forma a mi pequeño cuerpo.
Sin darme cuenta también reí un poco y algo sobresalido e impresionado de mí mismo por mi propósito le pregunte.
Raziel- ¿me darás el gusto de revelar este y más secretos que mi corazón impide que salgan a la luz del dia? ¿Sin importar lo sucios, salvajes y grotescos que sean?
Adela- ¿y qué es lo que el amo pretende a ser conmigo después de asesinarme?
Raziel- quiero corromper tu cuerpo estando sin vida con los actos carnales que mis deseos y solo ellos puedan ordenar a este cuerpo deseoso de tanto amor morbo.
Adela- será pues, pero te advierto que no sé cuándo volveré a la vida, ya que mi último amo falleció de un ataque al corazón cuando practicaba la necrofilia con mi cuerpo. Al verme regresar de la muerte en pleno acto sexual no tuvo más remedio y murió de un gran susto. Entonces se dio, aquella noche donde con miedo sujete su cuello, sus manos luchaban por liberarse y su piel que se enrojecía por la asfixia, cambiando de color rápidamente. Daba sus últimos respiros hasta que vi caer su mano a un lado seguido por la otra. Los brazos colgados, sus piernas flojas, la mirada en la nada y los labios morados, secos y oscuros. Aproveche la calidez de su cuerpo y tome posesiónde su cuerpo antes de que despertara de la muerte. Cuando logro venir a la vida, la esperaba en la mesa con la cena ya servida y lista para cenar.
Pasaron los años y las emociones no eran suficientes. Una larga e infinita creatividad y maneras de lograr contemplar ambos cuerpos en la lujuria innombrable se mostraban ante nosotros. No deje que ninguna oportunidad se escapara y cumplí tantas ideas se me cruzaran por la cabeza. Los deseos sexuales más ocultos que el hombre podía tener y por otro lado ella obtenía tanto dolor y placer como lo deseaba. Probamos choques eléctricos en ambos genitales, míos y sullos. Nos defecamos y orinamos mutuamente, realizamos orgias y hasta logre conseguir que la violacen mientras observaba el espectáculo en la comodidad de mi sillón. Introduje mi brazo en su ano y en su vagina lastimando sus órganos de forma interna viendo como un bulto provocando por mi mano sobresalia por la superficie de su estomago. Golpee, corte, queme, y mutile su cuerpo de formas en las que la tortura deveria de actualizarceparaestar a mi nivel. Fue violada por animales y extraje sus órganos mientras la penetraba. ¿Y que fue lo que obtuve a cambio? Saturamos al máximo las expectativas que nuestras ideas nos planteaban, habíamos echo todo y sin darnos cuenta no supimos que mas podríamos emplear para no perder el ritmo de la inmunda vida que llevábamos. 70 años ya pasaron y mi ultimo cuadro a sido terminado, una galería de arte morbosa el cual dedique con afán al titulo de la galería de las parafilias. Cada obra mia firmada con la sangre de ambos y cada momento de nuestra vida recorriendo el conocimiento que llevamos a cabo. los años que me impidieron seguir y el castigo que obtendré por lo que hise son sorpresas del mañana que ahora con pasiencia espero llegue pronto. Sin arrepentirme del pasado y del presente hoy espero con gusto a que la muerte llegue a mi puerta.
Adela- despierta dormilon, que ya es de dia.- dijo una voz conocida.
Raziel- ¿pero es que todavía no eh muerto?
Adela- y no moriras, seguiras a mi lado. Como se atreve el amo a dejarme sola en un mar de aburrimientos hasta encontrar una mente tan enferma como la suya o una que la supere. Y a mi disposición se encuentra lo divertido, por que ahora no solo moriras, sino que te convertiras en un angel de las parafilias.- dijo adela mientras me hablaba de cerca y murmurando.
Raziel- entonces es mi turno de llamarte “ama” y cumplir tanto capricho se te ocurra. Tendrás que ser muy original para sorprenprenderme, ya que no sere tan fácil de satisfacer como lo eres tu.
Adela- descuida que ahora tu y yo tenemos toda la eternidad por complacernos el uno al otro y para descubrir lo que nos depara este mundo y sus futuras asquerosidades.
Comprendi y entendí el motivo de las ventajas de la nueva vida que llevo ahora, dándome a entender que una vida posee ciertos placeres inentendibles pero que la muerte, no es sino el mejor placer que alguien puede sentir. El placer de los angeles…
Solo espero algún dia poder encontrar una forma de volver mi cuerpo a la juventud que antes tuve, será mas divertido de esa forma, ¿tu que dices?
Adela- eso pude haberlo arreglado desde un principio, es solo que nunca me lo pediste
Raziel- oh, mierda…

fin


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